lunes, 3 de enero de 2011

Aguas profundas...



Como una sirena, libre entre aguas heladas, nadando entre mares inmensos, eligiendo con quien aposentarse esa noche, amiga de tiburones voraces y peces manipulables. Rodeada de peligros, viviendo al limite una vez más. Me acompaña hoy el pez más rastrero, el más subido de ego, sin amor, solo pasión lasciva. Nada más que pedir. Un minuto de sosiego y soledad nadando entre aguas prohibidas, entre barcos encallados, entre algas brillantes y la luz del sol que acabada de amanecer por el horizonte profundo que nunca logro ver...

Andrea Castro Ortiz (03.01.11)

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